PUNTOS FUERTES

El material utilizado para su práctica es reutilizado y autoconstruido lo que conlleva la adquisición de valores tan importantes como el cuidado, respeto y adopción de medidas protectoras del medio ambiente así como la incorporación de valores relacionados con el consumo responsable.

Durante el juego se emplean las habilidades del golpeo y la recepción con implemento trabajando la coordinación oculo-manual a través de su práctica.

A pesar de contar con el motivante aliciente de la competición es una modalidad deportiva que posee un importante carácter cooperativo entre los miembros del equipo.

Es inclusiva y coeducativa ya que se parte del principio de igualdad entre sexos y la no discriminación por razones de este tipo ni de ningún otro. Los equipos son mixtos y no se hace diferenciación entre niños y niñas. Todos/as pueden participar en igualdad de condiciones y al ser una actividad no estereotipada todos/as parten del mismo nivel adaptándose a las peculiaridades de cada individuo.

Fomenta la no violencia y la educación para la paz puesto que es una actividad en la que no existe contacto físico entre los jugadores, ya que están separados por una red.

Es interdisciplinar puesto que se puede trabajar desde diferentes áreas. Desde el área de educación artística se puede colaborar en la construcción del material y desde el área de ciencias naturales se pueden trabajar contenidos de forma transversal relacionados con el cuidado del medio ambiente y la importancia del reciclaje y la reutilización.

El reglamento está pensado para favorecer la máxima participación de todos los jugadores. Existen reglas explícitas que hacen que el último jugador en intervenir dentro de cada punto tenga que abandonar momentáneamente el terreno de juego para que otro compañero ingrese por él, evitando así que un jugador “acapare” el juego en detrimento de otros/as compañeros/as que participen menos en el mismo. Además se produce una constante variación en los puestos tras cada punto (rotación), situación que va en detrimento de “evadirse” del juego ocupando posiciones más alejadas a aquellas en las que se está disputando el punto.

Existe la posibilidad de modificar las reglas y las acciones técnicas del juego lo que le proporciona una enorme versatilidad y favorece que pueda ser practicado por alumnos/as de todas las edades debido al amplio abanico de variantes que pueden resultar de dichas modificaciones, pudiendo ser desarrollado desde edades muy tempranas (primeros niveles de educación primaria) hasta la edad adulta.

Permite una transferencia muy directa y positiva para el aprendizaje de otro tipo de contenidos más tradicionales de cancha dividida como pueden ser el voleibol, bádminton, etc… ya que comparte aspectos tácticos y reglamentarios con estas disciplinas.

Fomenta la creatividad puesto que se dota a la persona que construye el bottle de total libertad a la hora de decorar el mismo, utilizando materiales que posteriormente permitan su uso y durabilidad (cinta adhesiva de colores, pinturas para plástico, goma eva, papel, etc…)